A la pregunta ¿Qué es la gestión emocional? podríamos resumirlo con la capacidad de manera las emociones de una manera adecuada para nuestro bienestar, pero este concepto va mucho más allá y es mucho más importante de lo que parece. Saber tener una gestión emocional supone tomar conciencia de la relación que existe entre emoción, cognición y comportamiento.
Tener control y gestión emocional va ligado a tener buenas estrategias para afrontar retos, dificultades, emociones incómodas o tóxicas e incluso va ligado a tener la capacidad para autogenerarse emociones positivas que ayudan al bienestar propio.
Qué es realmente la gestión emocional
La gestión emocional tiene que hacernos conscientes de cada una de las emociones que sentimos en cada momento y una vez localizadas debemos aceptarlas y saber como regularlas en el caso que sea necesario. Estas emociones y la necesidad de regularlas siempre irá adaptado al contexto en qué nos encontremos, y para ello, la mejor manera de trabajar y aprender a sobre la gestión emocional o a gestionar las emociones es con la ayuda de un profesional, terapeuta o psicólogo que te acompañe desde la fase cero hasta que tengas diversas herramientas para poder controlar cada una de las emociones que te surgen.
Con la gestión emocional podremos adaptarnos y superar los retos que el día a día nos plantea, ya que las emociones forman parte de nosotros y nos ayudan (si sabemos como gestionarlas) a adaptarnos e incluso nos pueden ayudar y pueden trabajar a favor de nuestros intereses.
El concepto de gestión emocional
Podemos notar que los últimos años la sociedad está creando conciencia de la importancia del bienestar psicológico y emocional, ya que se puede ver como tanto la gestión emocional o la inteligencia emocional han ido ganando terreno y ha dejado de ser un tabú.
Una correcta gestión de las emociones determinará el éxito que tengamos en muchos ámbitos de nuestras vidas, tanto en las relaciones sociales como laborales.
En qué nos ayuda saber gestionar las emociones
Tener bien desarrollada la gestión emocional, como hemos visto anteriormente, nos ayudará en muchos aspectos de la vida, e incluso nos ayudará a conseguir con éxito los objetivos que nos marquemos. Tener un buen control de éstas siempre nos afectará para bien, y como ejemplo, podemos encontrar ámbitos en los que nos ayudará como:
- Gestionar las emociones nos hará aprender a empatizar: Cuando controlamos y sabemos gestionar emociones, pasamos a ser más sensibles con matices de estados emocionales que podemos ver en los demás y estos nos ayudará a ponernos en el lugar de los demás. Saber empatizar nos hará comprender más a los demás.
- Orientaremos nuestras acciones hacía nuestros objetivos: No saber gestionar las emociones nos hace priorizar impulsos primarios de manera inconsciente, pero cuando gestionamos las emociones compensamos la influencia de los impulsos con las fuentes reales de motivación. Sabremos como actuar más adecuadamente para conseguir nuestros objetivos.
- Aprender de nuestros fallos: Cuando gestionas las emociones tenemos una visión más positiva incluso de nuestros fallos, y cuando es así, aceptamos los errores y vemos la parte en la que nos ayudarán a aprender.
- Cuando gestionamos las emociones tenemos mayor concentración: Cuando las emociones nos desbordan o alguna nos perturba, nuestro nivel de concentración baja considerablemente. Una gestión emocional nos ayudará a centrarnos en las cosas importantes sin distracciones constantes y perjudiciales.
¿Qué hacer si no gestiono mis emociones?
Si notas que muchas veces las emociones te desbordan, o que las mismas te impiden mejorar en muchos aspectos o afectan en tu día a día, te invito a que contactes o me visites en mi espacio de psicólogo en Vitoria, donde trabajo con terapias para el desarrollo personal y crecimiento personal. Las emociones mal gestionadas pueden llegar a afectar negativamente en nuestra vida, llegando a necesitar un psicólogo especialista en ansiedad e incluso depresión.
La importancia que tienen las emociones hace que sea fundamental desarrollar nuestra inteligencia emocional y sepamos gestionarlas para nuestro beneficio.